La sexta y última fecha en la cual se desarrolló el estudio del juicio político a la fiscal general del Estado, Sandra Quiñónez, fue bastante breve en comparación con las cinco fechas anteriores. Los dos últimos puntos del libelo acusatorio para desarrollar el enjuiciamiento fueron abordados y posteriormente se llevó a cabo la votación que, con el rechazo de 28 parlamentarios, terminó archivando el pedido de juicio político a la titular del Ministerio Público.
La sesión no estuvo exenta de diversas asperezas entre los parlamentarios e incluso algunos abordajes sobre puntos que eran totalmente ajenos al estudio del enjuiciamiento. Esto se extendió hasta el final, cuando la alianza oficialista-opositora decidió retirarse de la sesión con el objetivo de no dar quórum para el tratamiento del juicio político, pero se encontró con una innegable realidad: no contaban con el apoyo de la mayoría de la Cámara, dejando entrever así la gran fracción en el bloque.
El pleno de la bancada Honor Colorado terminó votando en contra del juicio político, ante lo cual contaron también con los votos de dos diputados oficialistas. En cuanto a la bancada liberal, en su mayoría votaron a favor del juicio político, pero tres legisladores
optaron por la abstención; para que el estudio del juicio político sea derivado al Senado, la Cámara Baja necesitaba contar con dos tercios de los presentes en la sesión.
Apoyos divididos
El diputado liberal Celso Kennedy había expuesto de manera tajante su rechazo a la postergación sine díe (por tiempo indefinido) para el tratamiento del juicio político. El parlamentario había alegado que eso constituía una manera poco seria de tratar un estudio que se vino arrastrando por semanas.
“Les recuerdo a los miembros de la Concertación Nacional que la obligación es asistir y votar a favor del juicio político”, sentenció Kennedy, haciendo referencia directa al sector de la oposición que se retiró abruptamente de la sesión, acompañando el actuar del oficialismo.
Por su parte, el diputado colorado Raúl Latorre resaltó que “más allá de la posición histórica del juicio político sobre la institucionalidad, claramente prevaleció sobre los colegas la necesidad de terminar con este circo, pasar a votación y que finalmente podamos ocuparnos de los demás aspectos de la agenda parlamentaria, que son fundamentales para la ciudadanía”.
Por otro lado, también resulta indispensable señalar que, desde el inicio del tratamiento del juicio político hasta esta fecha, la asistencia de ciudadanos que se acercaron a mostrar su apoyo por la iniciativa oficialista-opositora era cada vez menor. En la sexta jornada, las personas que se encontraban en inmediaciones del Congreso solo llegaron como máximo a 20; esto tal vez como una muestra de la propia exasperación ciudadana debido a las constantes postergaciones.
Vía: La Nación
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